V-CENÁCULO DEL AÑO SANTO
13. ORACIONES FINALES
ORACIÓN QUE CONTIENE LOS ANHELOS DE JESÚS Y NOS UNEN A ÉL.
TODOS:
Mi Adorado Jesús, que nuestros pies vayan juntos.
Mi Adorado Jesús, que nuestras manos recojan unidas.
Mi Adorado Jesús, que nuestros corazones latan unísono.
Mi Adorado Jesús, que nuestro interior sienta lo mismo.
Mi Adorado Jesús, que el pensamiento de nuestras mentes sea uno.
Mi Adorado Jesús, que nuestros oídos escuchen juntos el silencio.
Mi Adorado Jesús, que nuestras miradas se compenetren profundamente fundiéndose la una en la otra
Mi Adorado Jesús, que nuestros labios supliquen juntos al Eterno Padre, para alcanzar misericordia, para toda la humanidad. Amen
ORACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
¡Oh, Corazón Inmaculado de María! Lleno de bondad, muéstranos tu amor. Que la Llama de tu Corazón, ¡Oh María! Descienda sobre todos los hombres. Nosotros te amamos con todo nuestro ser. Pon en nuestro corazón el amor verdadero, para que así tengamos un deseo continuo de ti. ¡Oh María!, de corazón dulce y humilde, acuérdate de nosotros cuando estemos en pecado, por medio de tu corazón inmaculado y materno, concédenos ser curados de toda enfermedad espiritual y física. Haz que siempre podamos ver la bondad de Tu Corazón maternal y podamos convertirnos por Tu Llama de Amor. Amén
ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
¡Oh! Jesús sabemos que tú eres misericordioso y que has ofrecido tu corazón por nosotros. Está coronado de las espinas de nuestros pecados, sabemos que tú oras también hoy para que no nos perdamos. Jesús, acuérdate de nosotros cuando caemos en pecado. Por medio de tu Corazón Santísimo has que todos los hombres se amen. Que desaparezca el odio entre los hombres. Muéstranos tu amor, todos nosotros te amamos y deseamos que tú nos protejas, con tu Corazón de pastor, de todo pecado. ¡Entra en cada corazón Jesús! Llama, llama a la puerta de nuestro corazón. Sé paciente y perseverante. Nosotros todavía nos mantenemos cerrados porque no hemos comprendido Tu voluntad. Llama continuamente. Haz, oh buen Jesús, que te abramos nuestro corazón, al menos en el momento en que recordamos Tu Pasión sufrida por nosotros. Amén.
ORACIÓN AL SEÑOR SAN JOSÉ
(Patrono y Guardián de la Llama de Amor)
¡Oh Dios! Que, con tu inefable providencia, te has dignado a elegir a San José por esposo de Tu Madre Santísima; concede, te rogamos, que tengamos por intercesor en el cielo, al que veneramos como protector en la tierra.
Acordaos, oh castísimo esposo de la Santísima Virgen María y amable protector nuestro, señor San José que jamás se ha oído decir que ninguno que haya invocado vuestra protección e implorado vuestro auxilio no hubiese hallado consuelo. Lleno, pues, de confianza en vuestro poder, vengo a vuestra presencia y me encomiendo a Vos con todo fervor. No desechéis mis súplicas, oh padre adoptivo del Redentor, antes bien acogedlas propicio y benignamente. Amén.
Haz San José, que vivamos una vida inocente y segura bajo tu patrocinio. ¡Nuestro celestial patrono! Tú buscaste hospedaje para la Santísima Virgen en Belén, ayúdanos a buscar hospedaje para su Llama de Amor, en los corazones humanos.
MAGNÍFICAT
TODOS: Glorifica mi alma al Señor y mi espíritu se llena de gozo, al contemplar la bondad de Dios, mi Salvador. Porque ha puesto la mirada en la humilde sierva suya y ved aquí el motivo porque me tendrán por dichosa y feliz todas las generaciones. Pues ha hecho en mi favor cosas grandes y maravillosas. Él que es Todopoderoso y su nombre infinitamente Santo. Cuya misericordia se extiende de generación en generación, a todos cuantos le temen. Extendió el brazo de su poder, disipó el orgullo de los soberbios, trastornando sus designios. Desposeyó a los poderosos y elevó a los humildes. A los necesitados los llenó de bienes y a los ricos los dejó sin cosa alguna. Exaltó a Israel su siervo, acordándose de él por su gran misericordia y bondad. Así como lo había prometido a nuestro padre Abraham y a toda su descendencia por los siglos de los siglos. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, Amén.
BENDITA SEA TU PUREZA
TODOS: Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A ti celestial Princesa. ¡Oh! Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día, alma, vida y corazón; mírame con compasión y no me dejes Madre mía sin tu santa bendición, que sea la de (se persignan) Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN CONTRA EL COVID-19 LLAMA DE AMOR DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
María, nuestra Madre, en esta época preocupante en la que vivimos, y en un mundo que ha cambiado tanto, te suplicamos que bendigas a todos los miembros de nuestro Movimiento, especialmente aquellos que están sufriendo más las consecuencias de la pandemia.
Limpia las lágrimas de dolor, quédate al lado de los afligidos solitarios, ayuda a los fieles que trabajan en el campo de la salud, para que sean testigos del amor de tu Hijo.
¡Danos fuerza a través de tu Llama de Amor, para que nosotros también seamos instrumentos de la misericordia sanadora de Dios entre nuestros hermanos afligidos! Danos corazones valientes, que no se acobarden ante el peligro, ¡pero que sean capaces de reconocer, amar y ayudar a todos los necesitados en estos días difíciles! Que trabajes en nosotros en todo momento.
Que la llama de tu amor maternal acabe con las tinieblas, que el enemigo de las almas alimenta en los corazones.
Finalmente, permítenos, suplicar tu intercesión, para llamarte por el nombre que Tu misma te nombraste: Virgen María, El Rayo Hermoso de la Aurora, ¡Derrama el efecto de gracia de tu Llama del Amor sobre toda la humanidad!
ORACIÓN A LA VIRGEN ANTE LA EMERGENCIA DEL CORONAVIRUS
«Oh María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza.
Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos, que bajo la cruz estuviste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.
Tú, Salvación de todos los pueblos, sabes de qué tenemos necesidad y estamos seguros que proveerás, para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros dolores para conducirnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección.
Amén.
Bajo tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies nuestras súplicas que estamos en la prueba y libéranos de todo pecado, o Virgen gloriosa y bendita”.
REGINA CÆLI
V. Reina del cielo alégrate; aleluya.
R. Porque el Señor a quien has merecido llevar; aleluya.
V. Ha resucitado según su palabra; aleluya.
R. Ruega al Señor por nosotros; aleluya.
V. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
R. Porque verdaderamente ha resucitado el Señor; aleluya.
Oración
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el gozo de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.
CORONILLA DE LA DIVINA MISERICORDIA
*Para recitar la Coronilla de la Divina Misericordia se usa un rosario normal y se sigue esta secuencia:
1. La señal de la Cruz: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
2. Padre Nuestro
3. Ave María
4. Credo (Símbolo de los Apóstoles)
5. *En cada grano mayor del Rosario, cuando normalmente se dice el Padre Nuestro, diga:
Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.
6. *En cada grano menor del Rosario, cuando normalmente se dice el Ave María, diga:
Por Su dolorosa Pasión,
ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
7. Invocación:
*Al final de la corona, la siguiente oración se reza tres veces seguidas:
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal,
ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
8. Oración para concluir (opcional)
Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y la Misericordia mismos. Amén.