V-CENÁCULO DEL AÑO SANTO
SAN JOSÉ ATIENDE A LAS INTENCIONES QUE TE PRESENTAMOS EN ESTA NOVENA
Por las intenciones que la Virgen María tiene para con la humanidad Por la conversión de todos los pecadores Por el cese del crimen del aborto y los sacrilegios contra la Santa Eucaristía. Por la Iglesia perseguida Por la salud del Papa Francisco, los enfermos, ancianos, agonizantes, desempleados y especialmente por la niñez abandonada Por el cese de la violencia en el mundo entero. Por la Unidad del Movimiento Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María, sus familias y las intenciones particulares de los presentes. Por los Familias que se van a consagrar a San José.
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor, envía Señor tu Espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. ¡Oh Dios! Que has iluminado los corazones de tus fieles con la Luz del Espíritu Santo, haz que guiados por el mismo Espíritu, sepamos reconocer las cosas que son rectas y gozar siempre de tus divinos consuelos por Jesucristo nuestro Señor, amén
DÍA PRIMERO: LA HUMILDAD DE SAN JOSÉ
Una de las más grandes virtudes de San José, fue su gran humildad. Esta condición humana consiste en la capacidad de reconocer los errores y no dejarse dominar por el ego, al no exaltar las cualidades y logros de un individuo.
Según Jose en la Biblia, era un hombre común, a pesar de ser carpintero, una profesión altamente valorada en los tiempos de la antigüedad. Hay que considerar que en esta época, quienes eran considerados artesanos eran altamente respetados y valorados por la comunidad, a pesar de su condición social.
En (Jn 6:41-42) se dice que ‘Yo soy el pan bajado del cielo’. Y decían: ‘¿Acaso este no es Jesús, el hijo de José?’ Esto, deja de manifiesto que la comunidad veía en José a un hombre simple, dedicado a su familia y a su trabajo, lo que deja de manifiesto su humildad. La humildad de San José es un faro que ilumina el camino del verdadero discípulo de Cristo. Aunque su rol como cabeza de la Sagrada Familia era crucial, él nunca buscó protagonismo. Su vida fue un constante “sí” a Dios, expresado en actos simples pero profundos: cuidar de María, proteger al Niño Jesús, trabajar con dedicación como carpintero. San José nos enseña que el verdadero servicio nace de un corazón humilde, que no busca aplausos, sino que se regocija en el bienestar de los demás.
En un mundo donde muchas veces se exalta la búsqueda de reconocimiento, su ejemplo nos invita a reflexionar sobre nuestras propias motivaciones. ¿Estamos dispuestos a servir a nuestras familias, a nuestra comunidad, en silencio y con amor desinteresado? La humildad no nos disminuye; al contrario, nos eleva hacia Dios y nos permite ser instrumentos eficaces de su voluntad. Aprendamos de San José a servir con un corazón pleno de fe y entrega.
DÍA SEGUNDO: LA FE DE SAN JOSÉ
La fe es una virtud sobrenatural que nos inclina a creer todo lo que Dios ha revelado y la Iglesia nos propone. Es la virtud sobre la que se apoyan todas las demás virtudes, pues sin ella no participamos de la vida de la gracia. San José creyó con una fe tan viva que sólo la Santísima Virgen pudo aventajarlo. Toda su vida fue verdaderamente una vida de fe, un acto continuo de fe.
Al comienzo de esta peregrinación de la vida de José, la fe de María se encuentra con la fe de José. Si Isabel dijo de la Madre del Redentor: «Feliz la que ha creído» , en cierto sentido se puede aplicar esta bienaventuranza a José, porque él respondió afirmativamente a la Palabra de Dios, cuando le fue transmitida en aquel momento decisivo. En honor a la verdad, José no respondió al «anuncio» del ángel como María; pero hizo como le había ordenado el ángel del Señor y tomó consigo a su esposa. Lo que él hizo es genuina "obediencia de la fe" (cf. Rom 1, 5; 16, 26; 2 Cor 10, 5-6).
Se puede decir que lo que hizo José le unió en modo particularísimo a la fe de María. Aceptó como verdad proveniente de Dios lo que ella ya había aceptado en la anunciación. El Concilio dice al respecto: «Cuando Dios revela hay que prestarle "la obediencia de la fe" , por la que el hombre se confía libre y totalmente a Dios, prestando a Dios revelador el homenaje del entendimiento y de la voluntad y asintiendo voluntariamente a la revelación hecha por él»[7]. La frase anteriormente citada, que concierne a la esencia misma de la fe, se refiere plenamente a José de Nazaret. REDEMPTORIS CUSTOS DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II
DÍA TERCERO: SAN JOSÉ, TRABAJADOR Y SANTO DE LA VIDA DIARIA
No es este el hijo del carpintero? (Mt 13,55)
Expresión cotidiana de este amor en la vida de la Familia de Nazaret es el trabajo. El texto evangélico precisa el tipo de trabajo con el que José trataba de asegurar el mantenimiento de la Familia: el de carpintero. Esta simple palabra abarca toda la vida de José.
Para Jesús, estos son los años de la vida escondida, de la que habla el evangelista tras el episodio ocurrido en el templo: «Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos» (Lc 2, 51). Esta «sumisión» , es decir, la obediencia de Jesús en la casa de Nazaret, es entendida también como participación en el trabajo de José. El que era llamado el «hijo del carpintero» había aprendido el trabajo de su «padre» putativo. Si la Familia de Nazaret en el orden de la salvación y de la santidad es ejemplo y modelo para las familias humanas, lo es también análogamente el trabajo de Jesús al lado de José, el carpintero. En nuestra época la Iglesia ha puesto también esto de relieve con la fiesta litúrgica de San José Obrero, el 1 de mayo. El trabajo humano y, en particular, el trabajo manual tienen en el Evangelio un significado especial. Junto con la humanidad del Hijo de Dios, el trabajo ha formado parte del misterio de la encarnación, y también ha sido redimido de modo particular. Gracias a su banco de trabajo sobre el que ejercía su profesión con Jesús, José acercó el trabajo humano al misterio de la redención. REDEMPTORIS CUSTOS DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II N
DÍA CUARTO: LA PRUDENCIA DE SAN JOSÉ
La prudencia es la virtud que dirige todas las cosas a buen fin. Ninguna virtud obra sin que ella le ordene el modo y el tiempo en que debe hacerlo. La prudencia sirvió de guía a san José para llevar a cabo felizmente la misión del Señor de ser custodio de Jesús y esposo de María, a pesar de los grandes trabajos y contradicciones que halló a su paso.
La liturgia, al recordar que han sido confiados «a la fiel custodia de san José los primeros misterios de la salvación de los hombres»[23], precisa también que «Dios le ha puesto al cuidado de su familia, como siervo fiel y prudente, para que custodiara como padre a su Hijo unigénito»[24]. León XIII subraya la sublimidad de esta misión: «El se impone entre todos por su augusta dignidad, dado que por disposición divina fue custodio y, en la creencia de los hombres, padre del Hijo de Dios. De donde se seguía que el Verbo de Dios se sometiera a José, le obedeciera y le diera aquel honor y aquella reverencia que los hijos deben a su propio padre»[25].REDEMPTORIS CUSTOS DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II
DÍA QUINTO: LA PUREZA DE SAN JOSÉ
San José fue custodio de Cristo Jesús, y verdadero esposo de la más pura criatura, María Madre de Dios. San José apareció a los ojos de Dios adornado con tanta pureza que el Señor le confió sus más grandes tesoros.
Son muy significativas las palabras dichas a José: «No temas en tomar contigo a María, tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo» (Mt 1, 20). «José hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer» (Mt 1, 24); lo que en ella había sido engendrado «es del Espíritu Santo». A la vista de estas expresiones, ¿no habrá que concluir que también su amor como hombre ha sido regenerado por el Espíritu Santo? ¿No habrá que pensar que el amor de Dios, que ha sido derramado en el corazón humano por medio del Espíritu Santo (cf. Rom 5, 5) configura de modo perfecto el amor humano? Este amor de Dios forma también —y de modo muy singular— el amor esponsal de los cónyuges, profundizando en él todo lo que tiene de humanamente digno y bello, lo que lleva el signo del abandono exclusivo, de la alianza de las personas y de la comunión auténtica a ejemplo del Misterio trinitario.Se trata, en efecto, de dos amores que representan conjuntamente el misterio de la Iglesia, virgen y esposa, la cual encuentra en el matrimonio de María y José su propio símbolo. «La virginidad y el celibato por el Reino de Dios no sólo no contradicen la dignidad del matrimonio, sino que la presuponen y la confirman. REDEMPTORIS CUSTOS DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II
DÍA SEXTO: SAN JOSÉ Y LA VOLUNTAD DE DIOS
Así como Dios hizo con María cuando le manifestó su plan de salvación, también a José le reveló sus designios y lo hizo a través de sueños que, en la Biblia, como en todos los pueblos antiguos, eran considerados uno de los medios por los que Dios manifestaba su voluntad. En cada circunstancia de su vida, José supo pronunciar su “fiat” , como María en la Anunciación y Jesús en Getsemaní.
José estaba muy angustiado por el embarazo incomprensible de María; no quería «denunciarla públicamente» [14], pero decidió «romper su compromiso en secreto» ( Mt 1,19). En el primer sueño el ángel lo ayudó a resolver su grave dilema: «No temas aceptar a María, tu mujer, porque lo engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» ( Mt 1,20-21). Su respuesta fue inmediata: «Cuando José despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado» ( Mt 1,24). Con la obediencia superó su drama y salvó a María. En el segundo sueño el ángel ordenó a José: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y huye a Egipto; quédate allí hasta que te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo» (Mt 2,13). José no dudó en obedecer, sin cuestionarse acerca de las dificultades que podía encontrar: «Se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, donde estuvo hasta la muerte de Herodes» (Mt 2,14-15). En Egipto, José esperó con confianza y paciencia el aviso prometido por el ángel para regresar a su país. Y cuando en un tercer sueño el mensajero divino, después de haberle informado que los que intentaban matar al niño habían muerto, le ordenó que se levantara, que tomase consigo al niño y a su madre y que volviera a la tierra de Israel (cf. Mt 2,19-20), él una vez más obedeció sin vacilar: «Se levantó, tomó al niño y a su madre y entró en la tierra de Israel». PATRIS CORDE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
DÍA SÉPTIMO: AMOR DE JOSÉ Y AL PRÓJIMO
El padre José María Vilaseca (1831- 1910), movido por su gran amor a san José y el deseo de darlo a conocer, fundó en la ciudad de México las Obras de san José. Escribe una obra a la que denomina: Las glorias del divino José, o sea, la vida del santísimo Patriarca.
Vilaseca quisiera mostrar el corazón de José a todos los hombres, ya que es un corazón abrasado en las llamas del amor divino. Muestra cómo José amó a Dios con todo su corazón, lo amó con todas sus fuerzas; amó a Jesús con el amor más tierno, amó a María con el amor más respetuoso; su amor lo hizo el hombre de la conformidad, del recogimiento y de los padecimientos. (Glorias 33. 117. 180, 3). Compara el amor de José a Dios con el de los ángeles, los serafines, los grandes santos. A todos los supera, ya que José lo amó con todo su corazón y con todas sus fuerzas, lo amó de un modo tan semejante a María ,que ante el amor de san José a Dios, calle la lengua.
Hablar de la santidad de José es hablar de la santidad de aquel, que vive en medio de dos corazones de Jesús y de María, de los que brota el amor, de aquel cuyo corazón ardía en el amor de Dios y amaba al prójimo según la más inefable piedad; de aquel cuyos actos, como provenientes del amor más inflamado, eran todos los días más perfectos; una santidad fruto de un corazón inflamado en el amor de la caridad . (Glorias 47.57.151)
DÍA OCTAVO: EL SILENCIO DE SAN JOSÉ
Para hablar de San José, es necesario hablar del silencio, pues es el santo del silencio, porque desde ahí supo contemplar el misterio del plan de Dios y porque solo en el silencio se encuentra lo que se ama. Solo en el silencio amoroso es desde donde se puede contemplar el misterio más trascendente de la redención, de un Dios que por amor se ha hecho hombre como nosotros. Llama la atención que no escribió nada, no se tiene referencia que haya dicho algo, simplemente obedeció con gran docilidad. Siempre a la escucha de la voz de Dios, siempre dispuesto a obedecer a Dios, a pesar de que, más de una vez, las cosas que se le mandaban no eran fáciles de aceptar. Si bien es cierto que a Cristo se llega por María, por San José nos acercamos a contemplar el misterio de la Iglesia que a él se le ha encomendado.
El Papa Francisco afirmó que «el silencio de José no es un mutismo; es un silencio lleno de escucha, un silencio laborioso, un silencio que pone de manifiesto su gran interioridad». Mientras Jesús, en la casa del carpintero de Nazaret, creció en esta «escuela», buscando siempre «espacios de silencio en sus días», invitando a sus discípulos a hacer la misma experiencia. HH. Carmelitas Teresas de San José.
Nunca se percibe en San José. La frustración, si no solo la confianza. Su silencio persistente no contempla quejas, sino gestos concretos de confianza.
DÍA NOVENO: Y JOSÉ LE PUSO EL NOMBRE DE JESÚS
Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta Isaías: La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros». (Isaías 7: 14) Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a y sin que hubieran hecho vida en común, ella dio a luz un hijo, y él le puso el nombre de Jesús. Mateo 1:20-25.
Por eso, Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está sobre todo nombre,para que al nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos,y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre: «Jesucristo es el Señor».Filipenses 2:9-12
CORONILLA DE LA LLAMA DE AMOR A SAN JOSÉ
1. ORACIÓN INICIAL
Por la señal de la Santa Cruz, + de nuestros enemigos + líbranos Señor, Dios nuestro + En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
2. ORACIÓN AL SEÑOR SAN JOSÉ
¡Oh Dios! que con tu inefable Providencia te has dignado elegir a San José por esposo de Tu Madre Santísima: concede, te rogamos que tengamos por intercesor en el cielo, al que veneramos como protector en la tierra. Amén. Jaculatoria Has San José que vivamos una vida inocente y segura bajo tu patrocinio. ¡Nuestro Celestial Patrono San José! Tu buscaste hospedaje para la Santísima Virgen en Belén, ayúdanos a buscar hospedaje para su Llama de Amor, en los corazones de todos los hombres amén.
3. ORACIONES DE PROTECCIONES
3.1 ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.
3.2 ORACIÓN DE UNIDAD ADORADO JESÚS
¡Mi adorado Jesús!
Que nuestros pies vayan juntos,
Que nuestras manos recojan unidas.
Que nuestros corazones latan al unísono,
Que nuestro interior sienta lo mismo,
Que el pensamiento de nuestras mentes sean uno,
Que nuestros oídos escuchen juntos el silencio,
Que nuestros ojos se compenetren profundamente, fundiéndose los unos en los otros,
Y que nuestros labios supliquen juntos al Eterno Padre, para alcanzar misericordia para toda la humanidad. Amén
ORACIÓN A LAS SANTAS LLAGAS DE JESÚS
En honor a las Llagas del Señor haremos por cinco veces la señal de la cruz ofreciéndonos por medio de las LLAGAS DE JESÚS al Eterno Padre.
1. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Yo adoro las llagas de Tu Sagrada Cabeza con dolor profundo y verdadero, permite que todos mis pensamientos en este día sean actos de amor por ti.
2. En el nombre del Padre … Yo adoro la llaga de tu Sagrado Hombro, con dolor profundo y verdadero, permite que todos los trabajos, penas y enfermedades en este día sean actos de amor por ti.
3. En el nombre del Padre … Yo adoro las llagas de tu Sagradas Manos, con dolor profundo y verdadero, permite que todo trabajo de mis manos en este día sea un acto de amor por ti.
4. En el nombre del Padre … Yo adoro las llagas de tus Sagrados Pies, con dolor profundo y verdadero, permite que cada paso que dé en este día sea un acto de amor por ti.
5. En el nombre del Padre … Yo adoro la llaga de tu Sagrado Costado, con dolor profundo y verdadero, permite que cada latido de mi corazón en este día sea un acto de amor por ti.
CORONILLA DE LA LLAMA DE AMOR A SAN JOSÉ
1° MISTERIO: EL ANUNCIO DEL ÁNGEL, DE QUE LO CONCEBIDO EN MARÍA ES OBRA DEL ESPÍRITU SANTO.
Rezar 7 veces en cada misterio en honor a San José
En vez del Padre Nuestro
V/San José Patrono, de la Llama de Amor
R/. Ayúdanos a buscar hospedaje para Jesús en los corazones de todos los hombres. (Por 1 vez)
V/ San José custodia mi mente y mi corazón,
R/. Para que mi alma glorifique al Señor, mi Dios. (Por 7 veces)
En vez de Gloria:
San José, haz que nuestros hogares sean santuarios de amor para Jesús y María.
2° MISTERIO: LA BÚSQUEDA DE POSADA EN BELÉN.
Rezar 7 veces en cada misterio en honor a San José
En vez del Padre Nuestro
V/San José Patrono, de la Llama de Amor
R/. Ayúdanos a buscar hospedaje para Jesús en los corazones de todos los hombres. (Por 1 vez)
V/ San José custodia mi mente y mi corazón,
R/. Para que mi alma glorifique al Señor, mi Dios. (Por 7 veces)
En vez de Gloria:
San José, haz que nuestros hogares sean santuarios de amor para Jesús y María.
3° MISTERIO: EL NACIMIENTO DEL NIÑO JESÚS EN BELÉN.
Rezar 7 veces en cada misterio en honor a San José
En vez del Padre Nuestro
V/San José Patrono, de la Llama de Amor
R/. Ayúdanos a buscar hospedaje para Jesús en los corazones de todos los hombres. (Por 1 vez)
V/ San José custodia mi mente y mi corazón,
R/. Para que mi alma glorifique al Señor, mi Dios. (Por 7 veces)
En vez de Gloria:
San José, haz que nuestros hogares sean santuarios de amor para Jesús y María.
4° MISTERIO: LA PRESENTACIÓN DEL NIÑO JESÚS EN EL TEMPLO.
Rezar 7 veces en cada misterio en honor a San José
En vez del Padre Nuestro
V/San José Patrono, de la Llama de Amor
R/. Ayúdanos a buscar hospedaje para Jesús en los corazones de todos los hombres. (Por 1 vez)
V/ San José custodia mi mente y mi corazón,
R/. Para que mi alma glorifique al Señor, mi Dios. (Por 7 veces)
En vez de Gloria:
San José, haz que nuestros hogares sean santuarios de amor para Jesús y María.
5° MISTERIO: LA HUÍDA A EGIPTO CON JESÚS Y CON MARÍA.
Rezar 7 veces en cada misterio en honor a San José
En vez del Padre Nuestro
V/San José Patrono, de la Llama de Amor
R/. Ayúdanos a buscar hospedaje para Jesús en los corazones de todos los hombres. (Por 1 vez)
V/ San José custodia mi mente y mi corazón,
R/. Para que mi alma glorifique al Señor, mi Dios. (Por 7 veces)
En vez de Gloria:
San José, haz que nuestros hogares sean santuarios de amor para Jesús y María.
6° MISTERIO: EL REGRESO DE LA SAGRADA FAMILIA A NAZARET.
Rezar 7 veces en cada misterio en honor a San José
En vez del Padre Nuestro
V/San José Patrono, de la Llama de Amor
R/. Ayúdanos a buscar hospedaje para Jesús en los corazones de todos los hombres. (Por 1 vez)
V/ San José custodia mi mente y mi corazón,
R/. Para que mi alma glorifique al Señor, mi Dios. (Por 7 veces)
En vez de Gloria:
San José, haz que nuestros hogares sean santuarios de amor para Jesús y María.
7° MISTERIO: LA PÉRDIDA Y HALLAZGO DEL NIÑO JESÚS EN EL TEMPLO.
Rezar 7 veces en cada misterio en honor a San José
En vez del Padre Nuestro
V/San José Patrono, de la Llama de Amor
R/. Ayúdanos a buscar hospedaje para Jesús en los corazones de todos los hombres. (Por 1 vez)
V/ San José custodia mi mente y mi corazón,
R/. Para que mi alma glorifique al Señor, mi Dios. (Por 7 veces)
En vez de Gloria:
San José, haz que nuestros hogares sean santuarios de amor para Jesús y María.
8° MISTERIO: LA GLORIOSA MUERTE DE SAN JOSÉ EN BRAZOS DE JESÚS Y MARÍA .
Rezar 7 veces en cada misterio en honor a San José
En vez del Padre Nuestro
V/San José Patrono, de la Llama de Amor
R/. Ayúdanos a buscar hospedaje para Jesús en los corazones de todos los hombres. (Por 1 vez)
V/ San José custodia mi mente y mi corazón,
R/. Para que mi alma glorifique al Señor, mi Dios. (Por 7 veces)
En vez de Gloria:
San José, haz que nuestros hogares sean santuarios de amor para Jesús y María.
LETANÍAS A SAN JOSÉ
V/Señor, ten piedad de nosotros.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
V/ Cristo, ten piedad de nosotros.
R/ Cristo, ten piedad de nosotros.
V/ Señor, ten piedad de nosotros.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
V/ Cristo óyenos.
R/ Cristo óyenos.
V/ Cristo escúchanos.
R/ Cristo escúchanos.
V/ Dios Padre celestial.
R/ Ten misericordia de nosotros.
V/ Dios Hijo, Redentor del mundo.
R/ Ten misericordia de nosotros.
V/ Dios Espíritu Santo.
R/ Ten misericordia de nosotros.
V/ Santa Trinidad, un solo Dios
R/ Ten misericordia de nosotros.
V/ San José.
R/ Ruega por nosotros.
V/ Insigne descendiente de David.
R/ Ruega por nosotros.
V/ Luz de los Patriarcas.
R/ Ruega por nosotros.
V/ Esposo de la Madre de Dios.
R/ Ruega por nosotros.
V/ Custodio del Redentor.
R/ Ruega por nosotros.
V/ Casto guardián de la Virgen.
R/ Ruega por nosotros.
V/ Celoso defensor de Cristo.
R/ Ruega por nosotros.
V/ Servidor de Cristo.
R/ Ruega por nosotros.
V/ Ministro de salud.
R/ Ruega por nosotros.
V/ Jefe de la Sagrada Familia.
R/ Ruega por nosotros.
V/ José justísimo.
R/ Ruega por nosotros.
V/ José prudentísimo.
R/ Ruega por nosotros.
V/ José fortísimo.
R/ Ruega por nosotros.
V/ José obedientísimo.
R/ Ruega por nosotros.
V/ José fidelísimo.
R/ Ruega por nosotros.
V/ Espejo de paciencia.
R/ Ruega por nosotros.
V/ Amante de la pobreza.
R/ Ruega por nosotros.
V/ Modelo de obreros y artesanos.
R/ Ruega por nosotros.
V/ Patrón de los pobres.
R/ Ruega por nosotros.
V/ Patrono de los moribundos.
R/ Ruega por nosotros.
V/ Terror de los demonios.
R/ Ruega por nosotros.
V/ Protector de la Santa Iglesia.
R/ Ruega por nosotros.
V/ Padre de nuestra familia.
R/ Ruega por nosotros.
V/ Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
R/ Señor, ten misericordia de nosotros.
V/ Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
R/ Cristo, ten misericordia de nosotros.
V/ Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
R/ Señor, ten misericordia de nosotros.
V/ Le nombró administrador de su casa.
R/ Y príncipe de toda su posesión.
V/ San José, protector nuestro.
R/ Ruega por nosotros.
ORACIÓN FINAL
Oh Dios que con inefable providencia te dignaste escoger al bienaventurado San José por Esposo de tu Santísima Madre; te rogamos nos concedas tenerlo como intercesor en el cielo ya que lo veneramos como protector en la tierra. Oh Dios que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
¡Acordaos! ¡Acordaos! Oh castísimo esposo de la Virgen María, dulce protector mío San José que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han invocado tu protección e implorado tu auxilio, haya quedado sin consuelo! Animado con esta confianza, vengo a tu presencia y me recomiendo fervorosamente a tu bondad. No desatiendas mis súplicas, oh padre adoptivo del Redentor, antes bien acógelas propicio y dígnate socorrerme con piedad. Amén.
CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ
San José, lleno de respeto y de amor a vista de tus grandezas y de tu santidad, te ofrezco y consagro mi corazón. Después de Jesús y María, tú serás mi dueño y guía. Te tomo en adelante como padre y protector; dígnate mirarme como hijo tuyo; hazme sentir los efectos del gran Amor que tienes para con Dios y la tierna compasión que tienes para conmigo; obtenme una sincera conversión, y todas las gracias que necesito para llenar sus adorables designios. Alcánzame el espíritu de recogimiento, la vida interior, la fidelidad a la gracia, la unión con Dios, la humildad de corazón, la perfecta conformidad con la voluntad divina, la paciencia en las adversidades, el aprecio y amor a las cruces y sobre todo un amor ardentísimo a Jesucristo y a su Santa Madre. Finalmente, por el privilegio de tu dichosísima muerte, obtenme, oh gran Santo, una muerte semejante a la tuya en el sacrificio perfecto de mi voluntad a Jesús y María. Amén.
ORACIÓN A LAS SANTAS LLAGAS DE JESÚS
Al comenzar, santígüense cinco veces y mientras lo hacen ofrézcanse por medio de las Llagas de mi Santo Hijo al Eterno Padre. Hagan lo mismo al terminar.(Del Diario Espiritual, 13 de abril de 1962 )
En honor a las Llagas del Señor haremos por cinco veces la señal de la cruz ofreciéndonos por medio de las LLAGAS DE JESÚS al Eterno Padre.
1. Padre Eterno, yo me ofrezco a ti por los méritos de la llaga de la mano derecha de Jesús, en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
2. Padre Eterno, yo me ofrezco a ti por los méritos de la llaga de la mano izquierda de Jesús, en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
3. Padre Eterno, yo me ofrezco a ti por los méritos de la llaga del pie derecho de Jesús, en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
4. Padre Eterno, yo me ofrezco a ti por los méritos de la llaga del pie izquierdo de Jesús, en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
5. Padre Eterno, yo me ofrezco a ti por los méritos de la llaga de tu Sagrado Costado, en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.